El sector empresarial avanza en una agenda por la biodiversidad - Instiglio

El sector empresarial avanza en una agenda por la biodiversidad

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En el marco del 10° Congreso Empresarial Colombiano de la ANDI, se reunieron líderes
empresariales, inversionistas y representantes de la sociedad civil para dialogar sobre soluciones
financieras que protejan la biodiversidad y el futuro económico del país.

En un diálogo organizado por WRI Colombia, Terrasos, la Fundación Santo Domingo e Instiglio, con
la colaboración de BID Lab, el sector empresarial exploró alternativas concretas para posicionar a
Colombia como referente en financiamiento sostenible.

 

Cartagena, agosto de 2025. En un momento decisivo para el medio ambiente y la economía
en Colombia, líderes empresariales se reunieron el pasado 13 de agosto, en el marco del 10mo.
Congreso Empresarial de la ANDI, para dialogar sobre cómo proteger la riqueza natural del país a
través de la financiación innovadora de la biodiversidad.

Las empresas asistentes coincidieron en la urgencia de construir una visión de largo plazo para
Colombia, donde la biodiversidad no sea tratada como una externalidad ambiental, sino como una
infraestructura estratégica que sustenta la competitividad del país. La conversación giró en torno a
cómo movilizar inversiones que aseguren la resiliencia operativa, el acceso a mercados sostenibles
y la estabilidad de las cadenas de valor, todo ello a través de soluciones basadas en la naturaleza.
Organizado por WRI Colombia, Terrasos, Fundación Santo Domingo, e Instiglio, con el apoyo de BID
Lab y el respaldo del Centro Nacional del Agua y la Biodiversidad de la ANDI, este espacio se centró
en los mecanismos innovadores para financiar la biodiversidad, como el pago por resultados,
unidades de biodiversidad, inversión de impacto y contratos de conservación.

Este diálogo promueve la acción empresarial coordinada para proteger la protección de la
biodiversidad, y posicionar a Colombia como laboratorio global de financiamiento innovador para
la conservación. Para ello, este selecto grupo de CEOs, inversionistas de impacto y tomadores de
decisiones en sostenibilidad intercambiaron opiniones y expectativas sobre los esquemas de
financiamiento de la biodiversidad, que han demostrado en otros países generar valor económico
mientras se restauran ecosistemas.

América Latina, que alberga el 40% de la biodiversidad mundial, enfrenta marcos regulatorios
débiles y esfuerzos dispersos que no detienen la crisis. Para revertirla, la meta 19 del Marco Global
de Biodiversidad estima que se necesitan 200 mil millones de dólares anuales hasta 2030.
Frente a este panorama, Fernando Páez, Director Ejecutivo de WRI Colombia, enfatizó el rol
protagónico del sector privado: “nos reunimos para catalizar inversiones que integren la protección
de la naturaleza con el progreso social y económico, reconociendo que la conservación de la
biodiversidad y de sus servicios ecosistémicos es esencial para el bienestar de las comunidades y la
resiliencia del país”. Agregó que “con este encuentro, buscamos impulsar mecanismos de
financiamiento para generar resultados tangibles en la preservación de los ecosistemas que
sostienen nuestro futuro”.

Por su parte, Daniel Gonzales, Director de Inversión Social de la Fundación Santo Domingo, reveló
cómo el capital privado puede convertirse en motor de la agenda global de biodiversidad: “Estamos
ante la mayor oportunidad de 

alinear rentabilidad con regeneración. Colombia está en un punto de
inflexión en el que puede convertirse en un referente mundial en cómo se financia y protege la
biodiversidad. Al vincular el financiamiento a resultados medibles, potenciamos la efectividad de las
inversiones y fortalecemos la confianza necesaria para movilizar recursos a gran escala”.

Complementando esta visión desde una perspectiva empresarial, Mariana Sarmiento, CEO de
Terrasos, demostró con casos concretos cómo transformar los ecosistemas en activos estratégicos
y señaló que “el destino de nuestra infraestructura ecológica -ese tejido vital del que depende
nuestra supervivencia- se decide ahora, transformando compromisos en acciones concretas
mediante modelos innovadores, como los Bancos de Hábitat. Así como durante décadas hemos
financiado la infraestructura gris, puentes, carreteras, redes que conectan países y nos han unido
como región, hoy debemos reconocer el valor de los servicios que nos da la biodiversidad: agua,
polinización, regulación climática, resiliencia.”

 

 

En el encuentro se discutieron tres ejes clave: experiencias de inversión en biodiversidad, como
compensaciones ambientales y alianzas con comunidades; barreras como la falta de métricas
comunes y la fragmentación de políticas; y soluciones, entre ellas instrumentos financieros público
privados y estándares claros para reducir riesgos a inversionistas. Este ejercicio permitió recoger las
voces del sector empresarial, que resaltan tanto las oportunidades como los desafíos concretos para
escalar la inversión en biodiversidad desde el negocio.

Sergio Rengifo, Director Ejecutivo de CECODES, señaló: “Las empresas ya hacen mucho en materia
de sostenibilidad, necesitamos simplificar el lenguaje sobre la naturaleza y compartir casos de éxito,
de modo que los sectores logren entender mejor las dependencias con la naturaleza, y así avanzar
con confianza y escalabilidad”.

 

 

 

Lina María Mondragón, Vicepresidente de Estrategia y Sostenibilidad de Corficolombiana, enfatizó:
“nosotros estamos trabajando para que la agenda de sostenibilidad esté cada vez más al servicio de
la gestión de riesgos de la Corporación y de las empresas de nuestro portafolio. Una manera de
incentivar esta conversación, con miras a fortalecer nuestro relacionamiento con la naturaleza y las
comunidades, es con acciones concretas que nos permitan identificar oportunidades para mejorar
la resiliencia de las actividades y las infraestructuras con soluciones basadas en la naturaleza, al
tiempo que conservamos y protegemos los ecosistemas que nos rodean”.

En la misma línea, Alejandra Robledo, Gerente de Valor Compartido de Constructora Bolívar, agregó:
“las empresas estamos comprometidas, pero necesitamos modelos de negocio claros, entendibles
para los equipos financieros, que demuestren cómo la inversión en biodiversidad reduce riesgos y
mejora la estabilidad operativa”.

Al cierre del encuentro, Sebastián Chaskel, socio adjunto de Instiglio, concluyó con el llamado
general de los participantes: la urgencia de “reconocer que la naturaleza y la biodiversidad nos unen
como país, y que para mantener estos recursos, de los cuales dependemos, se requiere que nos unamos para invertir en nuestro futuro”, destacando que “los mecanismos de financiación basada en
resultados permiten alinear el capital privado con impactos ambientales reales, asegurando que
cada peso invertido genere beneficios tangibles para empresas, comunidades y ecosistemas.”

Este encuentro fue un hito clave para mostrar, con hechos y casos concretos, que invertir en la
biodiversidad es estratégico y rentable para el sector privado. Para los organizadores del encuentro,
el siguiente paso será construir una hoja de ruta que impulse soluciones financieras basadas en la
naturaleza, fortalezca la gobernanza, movilice capital y posicione a Colombia como referente en
integrar la biodiversidad al desarrollo económico.